Cuando sucedió la crisis del apostolado laico en los sesenta, típica crisis profranquista, Guillermo Rovirosa había padecido la eliminación del apostolado laico, como consecuencia de una difamación policial, años antes, sin que ninguna organización, a excepción de la HOAC, manifestara un mínimo de solidaridad. Su ejemplar amor a la Iglesia, prohibiendo que ciertas personalidades eclesiásticas intervinieran ante el Papa, movido por aquel pensamiento, “un hijo nunca se defiende de su Madre, es la Madre la que tiene que defender al hijo”, le sitúa hoy con doble ejemplaridad, ya que en nuestros días es muy “progre” insultar a la Iglesia, cuando ni siquiera se ha padecido la persecución interna…
Revista Id y Evangelizad, en el centenario del nacimiento de Guillermo Rovirosa
“Jesús me ama con locura”. Esta es la constatación profunda de Rovirosa, centro y pilar, “alegría” y “seguridad” de toda su vida. “Cada nuevo descubrimiento de mi traición y miseria, trae consigo un nuevo descubrimiento de la verdad del Amor infinito de Dios, y de su Misericordia…”.
La conversión de Rovirosa a Jesucristo, y a nada/nadie más, es respuesta de fidelidad a este “Amor primero”, a este Amor Pobre y Crucificado “¡por nosotros!”.
El bautismo, se convierte así, en el acontecimiento fundamental de su vida: don de Dios y compromiso de fidelidad por parte del hombre, que no puede ya sino entregar la vida entera por aquél que “me amó, y entregó su vida por mí”.
Y hablar de compromiso de fidelidad al bautismo es hablar de caridad política como suprema y específica vocación (llamada) bautismal: vocación a que todo en este mundo cante la Gloria de Dios.
Rovirosa vivió esta caridad política en la lucha por la justicia, escribiendo con su vida y con su muerte el tratado más hermoso de teología laical nunca escrito, y que después recogerá el Concilio Vaticano II y hará conciencia eclesial católica (universal).
Desde esta espiritualidad bautismal que “marcó“ toda su vida, en profundo amor a la Iglesia, Madre y Maestra, se distanció de las posturas secularistas, espiritualistas y de neocristiandad, por considerar a todas ellas reduccionistas e instrumentalizadoras de lo cistiano. Y se dedicó a lo que consideró más urgente e importante, más sagrado para un laico: la formación de militantes cristianos que entreguen su vida en la lucha por la Justicia.
Esto le trajo persecución y expulsión de lo que más quería. Pero dejó, como todos los santos, la semilla sembrada. ¡Es posible! Seguir a Jesús desde el Pesebre hasta la Cruz, sin reduccionismos secularistas, degradantes de lo cristiano; sin huidas espiritualistas, degradantes de lo humano; sin neoconfesionalismos (de derecha o de izquierda) instrumentalizadores en búsqueda de plataformas de poder y de influencia; sin asistencialismos ni paternalismos.
¡Hermosa tarea! ¡Hermosa Fidelidad! ¡Hermosa Responsabilidad!
Apuntes sobre la vida de Rovirosa
Guillermo Rovirosa Albet, promotor y primer militante de la HOAC. ¿Quién fue realmente este hombre, encarcelado por el general Franco y perseguido y difamado por los cristianos tanto burgueses como progresistas? ¿Se ha reconocido su papel en la Iglesia de España y de Cataluña? ¿Qué papel jugó en la promoción de militantes obreros? A todas estas preguntas intentaremos dar respuesta en las siguientes notas.
Rasgos autobiográficos
Artículos sobre la vida de Guillermo Rovirosa en Solidaridad.Net