Si no hubiera más equívoco que éste, no sería muy difícil poner un poco de orden a nuestras ideas.
Por desgracia los equívocos abundan por todas partes y no sirve de nada querer aclarar uno, si los otros quedan como están.
Voy a señalar algunas confusiones » de hecho» que contribuyen a las equivocaciones en este tema.
1º) Confusión entre la Iglesia real ( Jerarquía y laicos ) y la única Jerarquía.
2º) Confusión entre las actividades eclesiales exclusivas del clero y las del laico.
3º) Confusión permanente entre lo que debemos hacer y lo que podemos hacer.
4º) Confusión entre política abstracta y política concreta.
5º) Confusión entre » hacer política » y » crear» hombres políticos.
6º) Confusión entre las proposiciones mayor y menor, cuando se trata de la política de los católicos.
7º) Confusión entre la » etiqueta » y la » mercancia».
8º) Confusión entre la » paz del mundo» ( ausencia de guerra) y la Paz de Cristo ( presencia de Amor).
9º) Confusión entre Política cristiana y Reino de Dios.
10º) Confusión entre Principios políticos y técnica política.
El suceso de Jericó ocurrió una sola vez. Son numerosos los que lo toman como un ejemplo y un modelo permanente y esperan a que la jerarquía toque más fuerte la trompeta para ver desmoronarse las sólidas fortalezas que todos los laicos del mundo han edificado para defender su » mundanalidad», mientras que los laicos católicos dormían a la sombra soñando que salvaban su alma.